¿Realmente estamos viviendo tantos hechos históricos en los últimos años? Desde el COVID-19 podríamos decir que sí, que no ha habido año marcado por algo que se recordará en los libros de historia. Pero para mi creador todo comenzó un par de años antes. Casi podría decir que puede acumular en su lista muchos más sucesos por cada uno de esos años, sucesos que jamás podrá olvidar y que aparte de romperle el alma cambiaron su vida por completo.
El caso es que este lunes pasado vivimos el gran apagón que nos dejó a todos sin luz y completamente desconectados. Volvimos a ser durante doce horas (por lo menos en mi caso) lo que fuimos en nuestra juventud: Libres. Nos quedamos sin televisión, sin Internet, sin redes sociales y sin teléfonos. Al fin y al cabo sin toda esa tecnología que nos ata. Volví a ver a la gente en las calles mirándose a la cara, hablando, paseando... No me entendáis mal. Quiero abordar esta situación desde un punto de vista diferente. Ya sé que muchos lo pasaron realmente mal por no saber de los suyos o por quedarse atrapados o aislados. Y que hubo montones de personas que por motivos de salud sufrieron lo que no está escrito. Pero hoy no quiero ir por ese lado.

Lo que quiero reflejar con esta entrada en el blog es la liberación que pudimos sentir algunos tecnológicamente hablando. El apagón me dejó a oscuras pero pude ver una luz. Mis inquietudes literarias y artísticas siempre han estado atadas a una pantalla y un teclado. El estar presente en las redes y en los blogs se convirtió para mi en una obligación autoimpuesta, en una "necesidad". Y aunque es cierto que he estado alejado en los últimos tiempos he seguido ahí observando, mirando y publicando de vez en cuando. Y aunque lo hago por placer (puede que como un adicto) me roba demasiado tiempo.
Como habréis podido comprobar en las últimas entradas de mi creador lleva rumiando ciertas cosas desde hace tiempo. Sí, ha vuelto a escribir para si mismo, pero ha seguido ahí asomado a las redes, al igual que yo, para publicar aquí y allá.
Así que va a ser lo evolutivo que dice que siempre va a ser, ya sea como escritor o como persona. Va a dejar de lado todas las cuentas de Instagram y de Blogger que no sean lo que importa realmente ahora en su día a día. Y eso me incluye a mi.

Efectivamente él dijo que iba a volver al blog. Pero no será ni al suyo ni a este. Será a EM². Allí tiene su pequeño hueco. Allí vuelve a ser CC, Y aunque no será el de antaño será lo que tenga ser. Las otras cuentas las mantendrá abiertas pero no accederá a ellas. Intentará dejar claro que ya no está allí y dónde se le puede encontrar, pero sutilmente. Que muchas veces parece el Guadiana y un poco cansino con sus idas y venidas. Además algunas de ellas están enlazadas con sus libros, como este mismo blog o mi cuenta de Instagram, la de Nara y la de Timoteo... Y los propios libros os llevan hasta ellos y os traen hasta aquí o a su blog de autor. Sí, es verdad que ha intentado abarcar demasiado. Así que ya basta.
Es cierto que con esta decisión le invadirá la sensación de que se está perdiendo muchas cosas (y en algunos casos será así, por los amigos de los que solo sabe a través de Instagram) pero intentará recordar El Apagón y darse cuenta de que no necesita nada que no esté a su alcance sin un cable o Internet.
Lo sé, sé que no es la primera vez que dice que se va. Pero siempre lo decía con intención de volver algún día. Esta vez sé que será distinto. Y si vuelve a su blog o me deja volver a este es porque publica un libro nuevo o algo así. De momento le encontraréis en EM² y a mi quizá me dejen hacer algo por allí. Nunca se sabe.
Gracias por leerme.
0 comentarios:
Publicar un comentario